Para que haya buena enseñanza debe haber buen docente.
El egresado del Profesorado CIC, es protagonista del propio crecimiento.
Es un docente que se reconoce por su adhesión personal y comunitaria al Señor, y busca educar a sus alumnos para la trascendencia.
Son muchos los elementos que se combinan para llegar a ese resultado: vocación, preparación específica, capacitación didáctica, disposiciones psíquicas y espirituales.
Buscamos formar un docente que:
- Que comprenda reflexivamente cuál es el desafío pedagógico actual, sea capaz de abordar situaciones problemáticas frente a las cuales poder accionar críticamente.
- Ofrezca posibles soluciones y tome decisiones de manera autónoma.
- Adquiera las estrategias adecuadas para propiciar una enseñanza de calidad, con habilidades comunicacionales
- Aplique metodologías, modernas basadas en los avances tecnológicos que permiten llevar a cabo y favorecer el aprendizaje significativo de los alumnos.
- Integre equipos de trabajo que faciliten la inclusión de niños con discapacidad y/o con dificultades específicas de aprendizaje en una labor conjunta con otros profesionales de la educación
- Desarrolle la capacidad de trabajar en equipo con otros docentes, elabore proyectos institucionales compartidos y participe y proponga actividades que potencien y enriquezcan la educación.
- Trabaje conjuntamente con las familias como principal partícipe de la educación para lograr que los niños se desarrollen en un ambiente de amor, compromiso ético y felicidad.
- Transmita del mensaje cristiano a través de la enseñanza de las verdades de la fe, comprometiéndose con su testimonio de vida.